Por qué el cambio de nombre?
Cambiar el nombre de un traficante de esclavos por el de un migrante muerto en el CIE representa un paso más en el largo camino por la justicia, la verdad y la memoria que forzosamente tendrá que pasar por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros. Existe una línea temporal y causal entre la Barcelona de los magnates colonialistas como López, que se enriquecían con el expolio de las Américas a base de la esclavitud africana, y la Barcelona de Zona Franca donde se priva de libertad y otros derechos y se maltrata cientos de personas cada año. Personas que en su mayoría provienen de las ex-colonias. Los africanos cerrados y vejados en los CIE son la encarnación de este colonialismo vivo que lugares como la Plaza Antonio López parecen celebrar.
La plaza fue dedicada a Antonio López un año después de su muerte, en 1884. Antonio López podría seguir siendo recordado como un personaje respetable de Barcelona, si no fuera porque gran parte de la fortuna que acomuló provenía del comerciodeesclavos. Durante mucho tiempo, la gente de Barcelona la llamó "la plaza del negrito".
La memoria y el espacio público
La actual plaza de Antonio López no es sólo un espacio de memoria para él, sino también para las biografías de todas las personas de la ciudad. No podemos permitir que la figura de un esclavista forme parte de la trama urbana, pero tampoco debemos olvidar la barbarie que ha permitido construir Barcelona. No puede seguir disfrutando de un monumento y una plaza dedicada de forma acrítica en el espacio público por donde transcurren nuestras vidas y nuestra memoria.
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