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INTRODUCCIÓN

La historia de Barcelona ha estado íntimamente ligada al mar. El Frente Litoral se ha transformado a lo largo del tiempo. De un paisaje de lagunas y marismas, pasó a un sistema antrópico con predominio de instalaciones industriales en el siglo XIX y la práctica totalidad del XX, para convertirse en un frente urbano consolidado como el que conocemos en la actualidad. 

Abrir Barcelona al mar ha sido sin duda uno de los grandes objetivos y retos de las políticas municipales de los últimos 40 años. Desde los años 80 hasta principios del siglo XXI, la ciudad ha transformado más de 15 kms. de litoral mediante grandes operaciones urbanísticas impulsadas por acontecimientos internacionales.

Las tres etapas de esta transformación (Port, Vila-Ports Olímpics y Fòrum) han sido de las más significativas a la hora de construir la imagen contemporánea de la ciudad de Barcelona, una imagen que la ha llevado a ser un referente internacional en términos de urbanismo y diseño arquitectónico.

Asimismo, el Litoral no se ha planificado ni ejecutado al mismo tiempo y consecuentemente todavía existen ciertas interrupciones y discontinuidades. El sector de levante del Passeig Marítim de Sant Martí (passeig marítim de la Mar Bella) y el espacio de la Plataforma tienen un rol fundamental a la hora de conseguir la continuidad del frente litoral. 

Ubicados entre la Vila Olímpica y el Fòrum, el paseo marítimo de la Mar Bella i la gran Plataforma, ideada en su momento para implantar un zoo marino en los años 90, han asumido durante décadas la condición de lugar “residual i periférico” entre las transformaciones de referencia del litoral, adquiriendo progresivamente un carácter fuertemente provisional.

Es urgente afrontar la “finalización” del Passeig Marítim de Barcelona, liberándose de la presencia de coches y haciendo accesible la plataforma marina (como primer paso hasta la definición de sus usos definitivos y su apertura al acceso público) y garantizar así la conectividad longitudinal a lo largo de todo el litoral de la ciudad.

CONTEXTO

Las conectividades son tan solo uno de los grandes retos que este espacio tendría que afrontar. Uno de los retos propios de la metrópolis contemporánea y ligados a las especificidades del lugar. El litoral será uno de los lugares más frágiles ante los impactos del cambio climático. 

El aumento del número de noches tropicales, tórridas y cálidas se hará notar en mayor

medida en la zona litoral que en el resto de la ciudad. El aumento del nivel del mar transformará el actual desnivel de aproximadamente 4 metros entre la cota del paseo y la playa en una auténtica salvaguarda versus la inundación. Hace falta abrir un debate y reflexionar sobre escenarios de transformación del litoral que permitan mejorar la adaptabilidad y la resiliencia de la primera línea de costa. 

El Plan Clima incluye una línea estratégica relacionada con el litoral y el cambio climático, con el objetivo de aprovechar y mantener los servicios ambientales que aporta el litoral y el mar para combatir el cambio climático y garantizar su integridad funcional. 

El Plan estratègico de los espacios del litoral, que el Ayuntamiento de Barcelona inició en el año 2017, es un instrumento de planificación que pretende ordenar y gestionar los espacios urbanos del Front Marítim. El Plan tiene un ámbito definido que engloba los barrios del Litoral, puertos, playas, equipamientos y espacios libres.

Determina que los espacios litorales son la clave para la vida de la ciudad y están resultando el gran espacio libre de la ciudad. Los que configuran el litoral barcelonés han estado sometidos, en los últimos años, a una actividad cada vez más intensa que ha generado consecuentemente conflictos y tensiones entre las diferentes actividades que se producen. Es por este motivo que el Pla incide en la redefinición de la relación de la ciudad con el mar para reforzar su carácter ciudadano.  

Es este pues, un contexto nuevo, difícil de abordar con los mecanismos clásicos de gobernanza, y es por este motivo que el Plan tiene como uno de sus objetivos establecer una estrategia conjunta que abarque todas las actuaciones necesarias a lo largo del Litoral, pactados con la ciudadanía, agentes y entidades territoriales, públicas y privadas.


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