El Teatre Arnau es un espacio teatral ubicado en la avenida del Paral·lel, 60 (plaza de Raquel Meller), en la confluencia con las calles Nou de la Rambla y de las Tàpies. A lo largo de los años, el Teatre Arnau fue alternando las funciones de sala de cine y teatro, hasta que cerró sus puertas definitivamente en el año 2000, hace diecisiete años.
En el 2004, el Ayuntamiento de Barcelona se planteó derribar el teatro, cerrado desde hacía cuatro años. Para evitarlo, el 7 de abril del 2006 fue ocupado por el Colectivo Espacio Liberado para la Cultura con una acción que duró dos días. Paralelamente a estos hechos, se presentaron opciones de compra para transformarlo en geriátrico, pero el Ayuntamiento se manifestó contrario a este proyecto. A finales de abril del 2006, el Teatre Arnau fue comprado por la Iglesia Cristiana China para hacer un lugar de culto, pero nunca llegó a obtener la autorización.
En julio del 2007, el Ayuntamiento dio luz verde a la aprobación del Plan Especial Urbanístico del Teatre Arnau, con el objetivo de expropiar el inmueble con la finalidad de convertirlo en un centro de artes escénicas. Asimismo, la compra del teatro a la Iglesia Evangélica China se selló a finales de marzo del 2011.
Actualmente, seis años después de su compra, el edificio municipal sigue en estado de abandono, y esta situación ha preocupado a numerosas entidades y colectivos tras los años de deterioro e inactividad. Una vez el edificio ha sido adquirido por el Ayuntamiento de Barcelona, la incógnita principal ha sido cuál tenía que ser su futuro.
Para hablar de este futuro, de la función que debe cumplir este equipamiento, los usos a los que se destinará y cómo será gestionado, se ha querido diseñar un proceso participativo bastante amplio, que cuente con el sector cultural, con el tejido vecinal de los tres distritos y con todos los colectivos que han mostrado interés en la preservación del espacio y que deberán desempeñar un papel clave en la definición del futuro equipamiento.
El objetivo de este proceso participativo es, pues, definir el modelo de equipamiento para el Teatre Arnau entre todos los actores implicados. De esta manera, está abierto a todas las propuestas de modelos para el equipamiento que se planteen, y tiene la voluntad de encontrar un punto común que permita resolver las necesidades de las diferentes entitades y colectivos.
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