La violencia que sufre el pueblo palestino se enmarca en un proceso de persecución, desposesión y limpieza étnica que dura ya más de setenta años. De poco han servido hasta ahora las denuncias de Naciones Unidas contra los crímenes de Israel, y ya se acumulan los informes de las principales organizaciones de derechos humanos, tales como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, B’Tselem i Al-Haq, denunciando el régimen de apartheid impuesto al pueblo palestino.
La gravedad y duración de las vulneraciones evidencia la necesidad de acabar con la pasividad imperante y revertir la complicidad internacional con la que cuenta el estado de Israel. Así pues, ateniéndonos a la demanda de la coalición más amplia de la sociedad civil palestina y de acuerdo con la estrategia seguida en Sudáfrica: ¡hay que cortar todos los vínculos con el apartheid!
El acuerdo de hermanamiento entre el Ayuntamiento de Barcelona y el de Tel Aviv ya no responde ni al contexto ni a los objetivos por los que fue firmado. Lejos de favorecer el diálogo y el proceso de paz, su único efecto es reforzar la impunidad de las políticas israelíes.
El 21 de mayo de 2021, ante la enésima ofensiva militar contra la franja de Gaza, el Consejo Municipal de Cooperación Internacional ya instó al Ayuntamiento a poner fin a los acuerdos con Tel Aviv y a reforzar la cooperación con Palestina. Asimismo, el pasado 16 de junio el Parlamento de Cataluña fue un paso más allá alineándose con las principales entidades internacionales, entre ellas las propias Naciones Unidas, y determinando que el sistema aplicado por el estado de Israel en los Territorios Ocupados es contrario al derecho internacional y constituye un 'crimen de apartheid'.
Por todo ello, es hora de que el Ayuntamiento de Barcelona apueste decididamente por el cumplimiento del derecho internacional y por la defensa de los derechos humanos en Palestina. Desde más de 100 organizaciones de Barcelona y Cataluña creemos que Barcelona debe enviar un mensaje claro y poner fin al hermanamiento con Tel Aviv, capital del proyecto sionista desde donde se articulan las políticas de ocupación. Barcelona, como ciudad de paz, no puede permanecer indiferente ante las vulneraciones sistemáticas de los derechos fundamentales del pueblo palestino.
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