Taller dirigido a las personas usuarias del Comedor Social.
Descripción cualitativa del desarrollo de la sesión: Los ejercicios propuestos se realizaron de manera tangencial a un diálogo reflexivo sobre que favorece o no la cuotidianidad en los espacios públicos.
En la diagnosis compartida se habló de la lentitud del proceso de transformación de la Colonia Castells a lo largo de la vida del vecindario y valoraron la pequeña transformación que se ha hecho con el huerto. Se ven con capacidad de implicación en el cuidado del huerto.
Para hablar de características que no se los gusta se ha hablado de los Jardines de Gaietà Renom porque parece un solar vacío, hay mucho cemento, la vegetación es escasa y simple, no hay fuente y parece que hay mala apropiación por parte de algunas personas.
Para valorar lo que les gusta se ha hablado de la avenida Tarradellas porque la consideran un lugar acogedor, donde puedes sentar tranquilamente a leer y con poco ruido de coches. Hay horas que es solitaria y se podría mejorar la poca vegetación. También se ha valorado el parque de la Maternidad por la vegetación, la extensión y sobre todo por la pista de fútbol sala, donde los sábados y domingos “te encuentras con gente para jugar partidito de 5 minutos”. De otra manera, se ha valorado el espacio ancho y tranquilo de los Jardines de Joan Altisent en un lugar con muy poco tránsito.
Se ha hablado de la falta de servicios a los espacios públicos y la falta de zonas de estancia para pasar por ejemplo un día lluvioso. El servicio del comedor social es un lugar de encuentro y sólo funciona hasta las 14 h. Proponen que la nueva zona verde de la Colonia Castells tenga actividades que impliquen a las personas usuarias del comedor, por ejemplo poner juegos de mesa como ajedrez.
También hablaron de lo que les gusta de la natura, el huerto y las actividades que se podrían hacer como una forma de sacar cosas de la mente, para disfrutar y salir del aislamiento. Les gusta huir del ruido y la contaminación, buscan un parque tranquilo y acogedor con agua y césped como el Turo Parc o pasear entre rosales en el parque Cervantes para “sentirte en otro mundo”.
