La perspectiva intercultural es la respuesta alternativa a los modelos más tradicionales (multiculturalismo, asimilacionismo, etc.) que mostraron sus debilidades, sobre todo en cuanto a la cohesión social, y que parte de una apuesta clara por tres principios:
La igualdad real de derechos, deberes y oportunidades.
El reconocimiento de la diversidad en un sentido ámplio como una realidad estructural y que comporta oportunidades y complejidades que se deben abordar de manera proactiva.
La importancia de promover la interacción positiva y el diálogo intercultural desde la igualdad, y poder generar vínculos y sentimientos de pertenencia compartidos.
Con los años, se ha demostrado que estos tres principios se han ido consolidando como los ejes vertebradores del enfoque intercultural y se mantienen muy actuales.
Los procesos de exclusión, discriminación, segregación, fragmentación social o homogeneización cultural, son algunas de las consecuencias de una mala gestión de los retos que plantea la diversidad, y los que el enfoque intercultural intenta evitar o dar respuesta.
La interculturalidad no se trata de una tematica específica de las políticas relacionadas con la inmigración o con determinados colectivos, sino que va más allá y tiene que abordar aspectos estructurales relacionados con la igualdad y la discriminación, la segregación y la interacción, o como se interpreta y se valora la diversidad.
Las políticas interculturales van destinadas al conjunto de la ciudadanía y, en este sentido, las políticas culturales, educativas, de deporte, de urbanismo, habitacionales, ocupacionales, de promoción económica, de servicios sociales, la comunicación, la contratación de servicios o de recursos humanos, entre muchas otras, tienen mucho que decir y tienen que estar presentes en los principios interculturales.
En este proceso de elaboración del nuevo Plan es fundamental, por lo tanto, la implicación del conjunto de áreas municipales y de los districtos. En un contexto de mayor complejidad y diversidad sociocultural, generar un entorno que promueva la igualdad, el reconocimiento de la diversidad, la cohesión y, que al mismo tiempo, aproveche las oportunidades que se derivan de la diversidad en todos los niveles, es una responsabilidad compartida.
En un contexto de mayor complejidad y diversidad sociocultural, generar un entorno que promueva la igualdad, el reconocimiento de la diversidad, la cohesión y que al mismo tiempo aproveche las oportunidades que se deriven de la diversidad a todos los niveles, es una responsabilidad compartida.
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